Carabineros de Chile ha sido puesto en el banquillo de los acusados y signados como los “causantes de los disturbios” y desordenes de las últimas jornadas de protesta de los estudiantes.
No llama la atención, claro esta, pues es el mismo discurso, de todos quienes participan en desordenes y manifestaciones, siempre Carabineros, provoca, insita, o comienza, con los actos; pero la cosa no es así.
Cuando la Intendencia de Santiago, no autoriza la concentración o manifestación, cuando manifiesta que por ningún motivo el transito de la Alameda debe interrumpirse, esta siendo parte importante en el desarrollo de los acontecimientos.
Carabineros, no destrozó semáforos, no destrozo locales comerciales, no saqueo establecimientos, no destruyó plazas, no destruyó basureros, no destruyó paraderos de buses, no lanzó piedras y escombros a la vía pública, no ralló muros; muy por el contrario actuó en uso de sus atribuciones y obligaciones restableciendo el orden público.
No sería esto tan lamentable, si no fuese la misma institución que los condena y no sale un general con pantalones a defender el actuar del grueso de las fuerzas y si ser lo suficientemente enérgico con los que actuaron al margen de la legalidad.
Pero la gran mayoría, que efectivamente sufrió los embates de estos entupidos de siempre que creen que con la violencia y la destrucción se consiguen los objetivos, no fueron mencionados, ellos cumplían su pega nomás.
Lamentablemente, falta una voz fuerte que defienda el accionar de Carabineros de Chile, y no la hay.
Palos porque boga y palos porque no boga.
